colombiano Juanes estremeció a la Plaza de la Revolución el domingo en la cual se dieron cita más de un millón de personas para participar en el concierto "Paz sin fronteras", a las cuales exhortó a derrotar el miedo y cambiar en el mundo el odio por amor.
"Vinimos a Cuba por amor. Vencimos el miedo para estar aquí con ustedes y esperamos que ustedes también puedan vencerlo. Todos los jóvenes de la región, de Estados Unidos, de Miami, en todas las ciudades (que) perdamos el miedo y podamos llegar a entender lo importante: que es cambiar el odio por amor", dijo Juanes frente a una multitud formada en su mayoría por jóvenes vestidos de blanco como el propio músico.
"No puedo creer lo que mis ojos están viendo", dijo el músico ante el mar de personas que se abría a sus pies y que según cálculos de su colega español Miguel Bosé llegó a más de un millón de personas.
"Celebro profundamente poder estar aquí con ustedes, por encima de cualquier diferencia. Al final, muchachos, todos somos hermanos", agregó.
A lo largo de sus 30 minutos de participación Juanes tuvo tiempo para dedicar una canción _llamada "Sueños"_ a los secuestrados de su país por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Quince artistas de talla internacional incluyendo cubanos y extranjeros se presentaron en la Plaza de la Revolución para el concierto que abrió puntual a las 2 de la tarde la boricua Olga Tañón.
Tras el anuncio de Juanes de que la segunda edición de "Paz sin fronteras" se realizaría en la isla y en particular en este parque, muchos emigrados y militantes anticastristas protestaron al punto de que el colombiano recibió amenazas contra su vida y la de su familia.
Para Bosé el concierto fue sencillamente "El sueño de la paz, de la concordia, de tender una mano, del diálogo, de la hermandad, del amor. El sueño de esas palabras que son grandes dioses y todo lo hacen posible".
Tanto llamó la atención el concierto que el presidente estadounidense Barack Obama se pronunció al respecto. "Tengo entendido que (Juanes) es un músico fabuloso. El dará un concierto muy bueno", dijo Obama durante una entrevista con la cadena Univisión. Juanes se encontró en fechas recientes con la secretaria de Estado, Hillary Clinton.
En la Plaza de la Revolución se colocaron una tarima con pasarela, algunas carpas para la prensa _se esperaban casi dos centenares de periodistas de todo el mundo_ y los mismos artistas probaron el sonido a lo largo del sábado. Alrededor se pusieron banderolas blancas, el color que predominará de acuerdo a la solicitud de los organizadores.
Algunas personas llevaban carteles con expresiones como "Juanes te amo" o sombrillas donde estaba escrito "Bosé" rodeado de corazones.
"Vamos a estar aquí hasta que la fuerza no dé", dijo a la AP Cristina Rodríguez, una enfermera de 43 años que junto a su hijo de 15 desafiaba el sol y el enorme calor.
Para llegar ella comenzó a prepararse a desde el día anterior y se presentó en la Plaza a las 10 de la mañana a pesar de que las improvisadas puertas se abrieron a las 12.
Metros más allá un grupo de jóvenes expresan su expectativa. "Vinimos a ver a Juanes y a muchos artistas internacionales. Aquí no queremos mezclar la política, sólo el gusto por la música", dio Yudith Arcia, de 18 años.
Entre los invitados extranjeros también figuraban los españoles Luis Eduardo Aute y Víctor Manuel; el boricua Danny Rivera y el italiano Jovanotti.
Entre los cubanos participan el trovador Silvio Rodríguez, el rockero X Alfonso, Orishas y los salseros Van Van.
Un locutor pedía a las personas que se protegieran del sol y no empujaran; mientras los paramédicos no daban abasto para atender a los desmayados.
Los meteorólogos estimaron en la temperatura ascendió a más de 30 grados centígrados este domingo.
Unas cinco horas de música por la paz que fueron transmitidas en vivo y la señal satelital podía ser bajada sin costos por cualquier cadena del mundo. Portales como Yahoo o la televisión pública estadounidense informaron que las usarán.
En la Florida, especialmente en Miami donde vive el propio Juanes, exiliados anticastristas organizaron una protesta que consiste en alquilar una grúa aplanadora para romper discos de los artistas participantes. Su argumento es que los músicos no deberían venir a la isla a "entretener" a los comunistas y menos presentarse en la histórica Plaza de la Revolución.
El concierto "Paz sin Fronteras" que Juanes y otros catorce artistas dieron este domingo en La Habana superó todas las expectativas y atrajo, según los organizadores, a 1.150.000 personas que vivieron una tarde de música inaudita en esta capital.
Como ya habían anunciado, los artistas que pasaron por el escenario evitaron alusiones políticas y mucho menos críticas al gobierno de la isla -como les habían pedido sectores del exilio cubano-, y centraron sus mensajes en promover una cultura de paz.
"No puedo creer lo que mis ojos están viendo, es el sueño más hermoso de paz y amor que he podido experimentar después de mis hijos", dijo Juanes al salir al escenario y entonar su archiconocido "A Dios le pido".
El colombiano repitió hasta la saciedad la palabra "paz", y al final del espectáculo quiso dejar claro que traía también un mensaje de reconciliación entre cubanos de dentro y fuera de la isla, al corear "Arriba La Habana, arriba Cuba, arriba Estados Unidos, Miami, Nueva York y Washington".
La merenguera boricua Olga Tañón puso el factor humano de la política, al dedicar una canción a una joven llamada Niurka, presente en el concierto y a la que mandó un beso "de parte de tu papá", que así se lo pidió en la misma puerta del aeropuerto de Miami, donde está exiliado.
El público habanero, en gran parte ajeno a toda la polémica despertada por el concierto fuera de la isla, sencillamente disfrutó de una tarde inolvidable en una isla que queda sistemáticamente fuera de las agendas de las grandes estrellas internacionales.
El concierto empezó puntualmente a las dos de la tarde (18.00 GMT) y duró más de cinco horas, para terminar al filo del crepúsculo, y la mayoría de asistentes, muchos llegados desde el mediodía, soportaron estoicos el inclemente sol habanero que dio un respiro para esconderse entre las nubes en el final del recital.
El goteo de camilleros con personas desmayadas y deshidratadas fue constante antes de empezar el concierto, pero los habaneros y los miles de cubanos llegados de otras partes de la isla, en su mayoría adolescentes y jóvenes, olvidaron el sofoco con la aparición de Olga Tañón, que "metió candela" al respetable.
El espectáculo tuvo sus altibajos, ya que el público vibró con Tañón, y más tarde con los Orishas -ausentes de Cuba desde hace diez años-, Juanes y los Van Van, pero otras intervenciones, como la de Víctor Manuel, Luis Eduardo Aute, Danny Rivera y Juan Fernando Velasco, cortaron el ambiente de euforia.
Uno de los escollos que se presentó en las horas previas al concierto fueron las vallas que las autoridades pusieron para separar a unos invitados con pases especiales, que estarían delante, del resto del público, algo que molestó a Juanes, según dijo a EFE su representante, Fernán Martínez.
Sea por las protestas de Juanes o por la incontenible presión del público, finalmente todo el mundo se mezcló en una explanada y los abundantes agentes de seguridad dispersos entre el público no hicieron nada por impedirlo.
El concierto despertó una expectación inusitada también entre los periodistas, y muchos medios, especialmente latinos, enviaron a reporteros a La Habana solo para cubrir el concierto y sus preparativos.
Los principales medios en español de Miami (Telemundo, Univisión, América Tevé, Radio Caracol Miami y El Nuevo Herald) retransmitieron este domingo en directo el concierto y entrevistaron en la calle a numerosas personas, que mayormente se mostraron favorables al evento pese a la opinión de los líderes del exilio.
La cadena de televisión Univisión, la más importante en español de Estados Unidos, se apuntó la exclusiva más importante del día al ofrecer unas declaraciones del presidente de EE UU, Barack Obama, quien señaló que el concierto en La Habana no tiene la "bendición" de Washington porque su gobierno "no patrocina conciertos".
"Yo en sí no creo que perjudica a las relaciones estadounidenses y cubanas este tipo de intercambios culturales", concluyó.
En La Habana, y tras un mes de una tremenda presión mediática, Juanes, al ver el cariño del público que coreaba su nombre y las alabanzas de todos los que con él compartieron escenario, se despidió visiblemente emocionado y expresó su deseo por una "Cuba Libre". Otros, como Olga Tañón y Miguel Bosé, sí rompieron a llorar.
Un mar de manos seguía alzada al son de la música tras cinco horas de calor y canciones. Al finalizar el concierto, los cubanos regresaron a su cotidianidad tras haber vivido un sueño.